Huyo de la realidad y me escondo. Cierro la puerta de golpe y me tumbo.
Lloro, más y más. Son malos tiempos, pienso.
Siento el peso de la decepción, de mi propio dolor y mi
propio horror. Me siento confundida.
Consigo secarme las lágrimas y sentarme.
Entonces siento como mi corazón vibra, suena, donde siempre
ha estado. Oigo mi respiración y noto mi pecho bajar y subir. Me siento real
desde hace semanas, meses. Soy real, pienso.
No durará mucho, nunca dura mucho este pensamiento, siempre
vuela y vuelvo a esconderme.
Aunque esta vez es distinta, algo me hace sentir que este
momento es distinto, lo he asumido.
Debemos vivir, luchar y hacer que la realidad vibre, vibre
de pasión.
Eso me falta. Pasión.
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