martes, 12 de abril de 2011

Sin duda alguna hay cosas que se van un día y no vuelven jamás. Puedes añorarlas, extrañarlas, llorarlas y olvidarlas, pero no van a volver. Podemos esperar, esperar hasta hartarnos y no volverán. No llamarán a nuestra puerta y nos dejarán una carta que diga: te he echado de menos, y haremos como si no ha pasado nada. Porque el tiempo pasa, otras cosas vienen, algunas no se van nunca, y otras no vienen jamás. Es así, todo es así. La vida te da y te quita, te enseña a olvidar y a recordar, te hace caer y levantarte, te enseña a respirar y ahogarte, te enseña a querer y odiar. La vida no deja de evolucionar, y debes tomarlo o dejarlo.

Pero si lo dejas, estás perdido.

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